lunes, 11 de octubre de 2010

LA SANTÍSIMA VIRGEN DE DOLORES
HISTORIA Y DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN
En el año 1,955 las Hermandades del Señor Sepultado y Santísima Virgen de Dolores respectivamente solicitan al Cura Párroco de San Marcos Fray José Aurelio la autorización para la restauración de las imágenes del Señor Sepultado y Nuestra Señora de los Dolores. El Señor Sepultado data del Siglo XVI y la Santísima Virgen de Dolores del Siglo XVIII, lamentablemente eran imágenes muy pequeñas por lo que el acto del descendimiento y unción y demás funciones litúrgicas y procesionales no revestían el lucimiento y decoro que para la Catedral de la nueva Diócesis merecían. Por lo que el Párroco no autorizó su restauración y retoque tanto por la antigüedad de las imágenes como por miedo a que no se les dejara en las mismas condiciones.
Se tuvo que esperar algunos meses hasta que en septiembre de 1,958 ambas Hermandades solicitaron al Padre Fray Serafín Hernández Marcos, para que encargara al escultor Antonio B. Montúfar la burilación de las Imágenes del Señor Sepultado y Santísima Virgen de Dolores de tamaño natural y dimensiones reales. Este escultor fue hijo ilustre de don Manuel Antonio Montúfar quien ya había trabajado para la Iglesia de San Marcos con la burilación en 1,909 de la imagen de San Nicolás de Tolentino, ambos connotados y reconocidos artistas de la escultura de su tiempo. También a Antonio Montúfar hijo se le debe la burilación de la imagen menor de Jesús Nazareno, que aún hoy sale durante los viernes de cuaresma a los vía-crucis y a la procesión de niños el Jueves Santo.
Para este fin las Hermandades recurrieron a la buena fe y colaboración de todos los fieles de Cristo que desearan colaborar para que la nueva Catedral tuviese entre su patrimonio artístico y espiritual dos tesoros de la fe que recordaran cada día y en especial dentro de la Semana Santa el Sacrificio de Amor de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo y la poderosa intercesión de la Augusta Corredentora de la Humanidad. Esta solicitud fue aceptada por el pueblo en general y también por personas de la Ciudad Capital.
Para alegría de todos los devotos los trabajos portentosos de don Antonio B. Montúfar se vieron culminados a finales del año siguiente 1,959 y en 8 de noviembre de ese mismo año fueron recibidas las imágenes del Señor Sepultado y de la Santísima Virgen de Dolores con toda solemnidad bendecidas y expuestas a veneración pública, haciéndose una procesión por las principales calles de la ciudad; con la participación y asistencia de toda la feligresía de San Marcos y comunidades circunvecinas además con la participación de Hermandades amigas de San Pedro Sacatepéquez, de la ciudad de Quetzaltenango, de la Antigua Guatemala y de la Ciudad Capital.
Desde ese año ambas imágenes reciben miles de visitas y peticiones. La Santísima Virgen de Dolores se encuentra en una capilla del lado del evangelio de la Iglesia Catedral, desde donde muchas personas llegan a reverenciarla y en Semana Santa la multitud de devotos crece, pues esta Santa Imagen recorre las calles los días Martes Santo acompañando a Justo Juez, Viernes Santo por la Mañana saliendo de catedral y haciendo el acostumbrado encuentro con Jesús Nazareno en el Parque Central, junto con San Juan, San Pedro y Santa María Magdalena. El Viernes Santo en la noche acompaña el Santo Entierro de Cristo y el Sábado Santo por la tarde hace el recorrido de la Soledad, acompañada del Discípulo Amado y de Santa María Magdalena.
La Venerada Imagen de la Santísima Virgen de Dolores, es una talla en madera de cedro, de cuerpo entero y de vestir, mide el tamaño de una mujer alta (1.70 mts.), posee goznes en los hombros, caderas y rodillas, sus pies lucen sandalias al estilo palestino.
Sus manos se presentan unidas y entrelazadas en actitud de súplica demostrando gran dolor.
La fineza de su rostro deja ver a una bella mujer joven que sufre en silencio, que llora, a pesar de su dolor y cansancio, la Virgen refleja serenidad y fortaleza, su hermosa faz luce pálida sus ojos están bien abiertos e hinchados por las lágrimas.
Refleja a una mujer que sufre con paciencia, que camina sola con la mirada perdida. Con una serenidad y paciencia que mezclada con el dolor la hace mística, resignada y meditativa. Ella es la mujer que “guarda todas las cosas en su corazón”.
LA HERMANDAD DE LA VENERADA IMAGEN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE DOLORES
En el año 1,686 el Provincial de la Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, Redención de Cautivos envía al Reverendo Padre Fray Francisco de la Reyna a visitar y establecerse en el poblado llamado el Barrio de San Marcos, en la provincia de Quetzaltenango y anexo al Curato de Sacatepéquez de los Mames con sede en el pueblo se San Pedro. Al establecer su residencia de pie en San Marcos el Padre de la Reyna informa que existe una iglesia decente y adornada y que existen enterramientos de ley y que hay cofradías erigidas desde hacía tiempo inmemorial, por lo que les ordenó establecer libro de cuentas y él dio inicio a los registros de bautismos y defunciones.
Entre las cofradías que el Padre Fray Francisco de la Reyna indicó existir desde tiempo inmemorial en el Barrio de San Marcos están:
·         La Cofradía del Corpus Christy.
·         La Cofradía del Patrono San Marcos Evangelista.
·         La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Dolores de Nuestra Señora
Esta cofradía se ejercitaba en ejercicios piadosos, así como rendirle culto a la Sagrada Pasión y Muerte de Nuestro Señor y los Dolores de su Santísima Madre, así como practicar la caridad hacia la comunidad y sobre todo los adeptos a la cofradía.
En el año 1,817 el Padre Fray Mariano José López Rayon aumenta y consolida esta cofradía gracias a la venida de una nueva imagen que años atrás él mismo había mandado a burilar.
En el año 1,873 el general Justo Rufino Barrios manda, mediante decreto 104, a extinguir las Archicofradías, las Cofradías, las Hermandades, las Asociaciones Piadosas y a consolidar sus bienes. Desaparece la antigua Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Dolores de Nuestra Señora. Pero la piedad y la devoción de los fieles no, así que se organizan grupos de vecinos y devotos que se encargasen del culto, adorno y ornamentación hacia las imágenes, se consolidan pequeñas cofradías transitorias que rescatan bienes de la Iglesia, mantienen la fe dentro de la comunidad y mantiene vivas las tradiciones de fe y devoción que desde “tiempo inmemorial” se venían celebrando.
Pasaron más de 6 décadas sin que se formalizara un grupo encargado del culto y celebración formal de la Semana Santa, aunque la fe y la devoción de las personas manifestadas en los actos de religiosidad popular nunca desfallecieron gracias a familias generosas y devotas que con sus pocos o muchos recursos apoyaron la continuidad de esos actos devotos.
Fue en la década de los años 40’s cuando los Padres Franciscanos encargados de la Parroquia de San Marcos iniciaron la formación y organización de estas personas en lo que se constituyó en el APOSTOLADO DE LA ORACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, que con el tiempo y debido a la cantidad de fieles se secciono en hombres y mujeres, pero siempre fue el mismo grupo de celebrar las fiestas de nuestra Iglesia con sirviendo dentro de la religiosidad popular. Eran el mismo grupo de laicos comprometidos solo que ahora asociados con un nombre y con el acompañamiento formal de un sacerdote.
La sección de mujeres del APOSTOLADO DE LA ORACIÓN, se convirtió el 11 de noviembre de 1,950 en la Hermandad de la Virgen de Dolores, igualmente la sección de hombre se convirtió en esa misma fecha en la Hermandad del Señor Sepultado y Apostolado de la Oración.
Fundados como una Hermandad ese mismo día determinaron la elección de una directiva y posteriormente con los años fueron aprobados los estatutos. Cabe resaltar que fueron estas dos agrupaciones, para le época las únicas de laicos comprometidos en y con la Iglesia y a ellas se debe la construcción de la Iglesia Catedral de la recién nacida Diócesis de San Marcos, por su labor tesonera se ganaron el aprecio del no menos altruista, magnánimo y de grata memoria Fray Serafín Hernández Marcos.
El 8 de noviembre de 1,959 estrenaron su nueva imagen titular, misma que sustituyó a una de menor tamaño (1.15 mts.) que se veneraba desde antiguo en la parroquia del Barrio de San Marcos. Esta nueva imagen en mención es la que actualmente solicitamos la consagración.
Desde ese entonces se resalta su participación activa y dinámica dentro de las celebraciones de Semana Santa con la presencia de la Virgen de Dolores Menor (antigua) en las procesiones de Lunes Santo y la infantil el Jueves Santo por la tarde. La Virgen Mayor (titular) acompaña al Señor Justo Juez en la procesión del Martes Santo y sale al encuentro de Jesús Nazareno el Viernes Santo por la mañana y acompaña el Santo Entierro el Viernes Santo por la noche, para culminar su participación el Sábado Santo en la procesión de la soledad.
Además de estas patrimoniales actividades devotas las socias de la Hermandad de la Venerada Imagen de la Santísima Virgen de Dolores se ejercitan en la caridad evangélica y viven su compromiso cristiano también:
1.       Visitando enfermos y enfermas auxiliándoles con víveres y demás.
2.       Visitando también y solidarizándose con las familias que han perdido un ser querido, asistiéndoles en sus necesidades y orando continuamente por el eterno descanso de su alma.
3.       Colaborando en todo lo que material y económicamente puedan para solventar algunas necesidades de la Parroquia y haciendo donaciones.